La
naturaleza del escorpión
Por Sergio Sinay
Desde el oficialismo se ha puesto en juego una táctica miserable: la mentira terrorista
Este dibujo pertenece a El Roto, estraordinario artista español
“Es mi
naturaleza, no puedo cambiar”, dijo el escorpión después inocular
traicioneramente su veneno mortal a la rana que lo transportaba a través del
río. Había prometido no hacerlo y la rana le creyó, porque si ella moría en medio
del río, el escorpión se ahogaría también. Pero la naturaleza del escorpión
pudo más que la promesa. La campaña terrorista desatada a través de mails,
redes sociales, afiches y otras vías desde las madrigueras del candidato
oficialista para asustar a los ciudadanos y obtener votos a cualquier precio, recuerda
que, como dijo el escorpión, la naturaleza de cada quien no se puede cambiar.
Doce años de
mentir, tergiversar la realidad, esconder cifras, esconder pobres, falsificar
la historia, saltearse las leyes, manipular la justicia, no cambian en tres
semanas. Lo que hay no es “continuidad con cambio”, como balbucea el candidato,
sino continuidad rabiosa y, en su caso, obsecuente. En su hora más aciaga,
tiene de su lado (como cerebro gris de esta campaña de intimidación miserable e
inmoral) al publicista brasileño Joao
Santana, un trasnochado y tardío discípulo de Joseph Goebbels, aquel
siniestro funcionario nazi que inmortalizó la consigna “Miente, miente, que
algo quedará”. La primera mentira, en este caso, es negar que hayan apelado a
Santana.
“La verdad es tan
enemiga del poder como de quienes lo ejercen”, decía en el siglo XVIII Nicolás
de Condorcet, una de las mentes más brillantes y visionarias dela Ilustración.
La verdad pone al desnudo las miserias de quienes ejercen el poder (o aspiran a
ejercerlo) y temen que se esparza porque no hay otro modo de llegar a la verdad
que no sea por el camino del pensamiento crítico, de la reflexión, del
ejercicio de la conciencia. Quien pone en juego estos atributos, se convierte
en enemigo mortal de los manipuladores, los corruptos, los venales, los
inescrupulosos, los genuflexos, porque no puede ser manipulado ni comprado. Y
es con estos mismos atributos con los que se puede desarticular la campaña ya
no sucia, sino roñosa, que se ha lanzado desde las filas de un oficialismo que,
desde su vértice hasta su base, pone en estos días manifiesto lo que nunca pudo
ocultar: su naturaleza, su perversión.
Si cuando se está
en campaña y se aspira al poder se usa la mentira y el terror, ¿qué no se usará
luego desde el gobierno? No es una pregunta ociosa. Estas son horas de vigilia,
horas de seguir pensando, de usar, ante el veneno del escorpión, el antídoto de
la conciencia, del razonamiento, del coraje cívico. Si hay un futuro está
adelante, no atrás.
Por tres semanas más procurarán infectar a débiles mentes ignorantes con el veneno de esta sucia campaña promovida desde el gobierno....
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